marzo 29, 2009

Decir "moda rápida" es una redundancia


Hace ya cinco años leí, en una Vogue francesa, sobre la propuesta de una casa inglesa de indumentaria para jóvenes que basaba su enorme éxito en no tardar ni dos segundos en copiar todo lo presentado en las pasarelas y volcarlo a la High Street. Hablaban de Topshop. En ese entonces, H&M era mi segundo hogar y Zara y Mango eran hace años marcas consagradísimas. La clave de estas tiendas, que en Europa y Estados Unidos son imperios y visten a la gran mayoría de las mujeres, es justamente enmarcar la moda en sus ciclos ultrarrápidos, a precios accesibles para seguirla y apostando, por lo general, a una calidad más bien mediocre, que acompaña el ritmo de use y tire.

En Uruguay, la realidad era hasta ahora otra. Zara se posicionó como una marca más bien cara, o por lo menos no accesible para todos los bolsillos. Las tiendas que seducían a los presupuestos más bajos presentaban mercadería por fuera de los ciclos de la moda, sin demasiado cuidado por la imagen y por supuesto que de una calidad insostenible. Esto cambió hace un par de años con el giro radical de Chic Parisien, que se transformó en Parisien y creó el Indian Outlet, hoy Indian Emporium, presentes ambos en todos los shoppings y en las avenidas comerciales más importantes del país.

La apuesta, que se produjo hasta donde tengo entendido gracias a un potente cóctel entre un equipo de diseño y uno de marketing, hoy logró -y creo que no exagero- patentar una reconversión de los parámetros estéticos de las mujeres uruguayas. Por supuesto que esta avalancha no se hubiese producido si las consumidoras no hubiesen estado listas para recibirlo; como se sabe, el timing es fundamental en este tipo de desafíos. Me divierte de tanto en tanto revolver las mesas -donde encuentro a veces cosas increíbles- pero más me divierte aun observar que quienes revuelven a mi lado, en actitud enajenada, son mujeres de todas las edades y posición social. En el supermercadismo se nota mucho a su vez un vuelco fuerte hacia el diseño, volviendo patente que, a la hora de comprar, no sólo decide el bolsillo.

El factor calidad, mientras tanto, es el más relegado, tal como lo indica la lógica de las tiendas que se mencionaron al principio. No falta demasiado, sin embargo, para que las consumidoras uruguayas, y aun en tiempos de crisis, comencemos a exigirlo como parte de la santísima trinidad de las prendas. Esta exigencia pone el freno al ritmo frenético al que nos vemos expuestos, agrupándose con corrientes tales como la de la moda lenta, la búsqueda de lo orgánico, el vintage o las prendas atemporales. Ya se ven algunos atisbos, aunque seguro tardará. Pero cuando llegue, a su vez, estas tiendas seguro se adaptarán.

Así lo indica, después de todo, la lógica del mercado.

marzo 04, 2009

Redacción: ¿Qué hice en mis vacaciones?

So.
Ejem.

¿Vieron cuándo a uno le prestan un libro? Uno lo lee, e intenta que sea rápido. Y luego llega el momento de la devolución, y uno tiene TODAS LAS INTENCIONES de hacerlo. Llama a su amigo/a. Le ofrece para dejárselo abajo, pero justo vive en un edificio sin portero. Poco a poco el entusiasmo se va disipando y un día, uno se encuentra con que ese libro forma parte de su biblioteca...
Esta simple pero identificatoria analogía explica a la perfección lo que sucedió con el blog este verano. Digamos solamente que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones.

Las vacaciones fueron extensas y diversas, con miles de estímulos suficientes como para compartir con mis seducidos y abandonados lectores. Solo que no lograron ser, al parecer, lo suficientemente estimulantes como para acercarme a este teclado y escribir las pavadas que están leyendo ahora.

Por eso, y ante la necesidad de elegir el highlight de la temporada, me inclino a hablar de algo que afortunadamente ya no es novedoso pero que al mismo tiempo me enorgullece haber vivido desde adentro: la Fundación Pablo Atchugarry. Toda la información formal la encuentran en el nuevo sitio web, pero quien no la conoce está obligado a asistir y después me cuenta. Ni que hablar que hasta el 31 de marzo, que permanece abierta, tienen la chance de toparse con Pablo o Silvana Atchugarry y maravillarse con su sencillez, generosidad y espíritus. Sé que estas palabras parecen sacadas de un folleto trucho, pero ellos hacen aflorar el lado cursi que todos tenemos.

Les dejo entonces unas fotos de la muestra Revival de Valentina Torrado:

Valentina junto a Pablo Atchugarry, pegando el texto.

En pleno montaje.

Mi amiga Moni, superelegante el día de la inauguración (¡me encanta esta foto!)

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